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David Uribelarrea "La dinámica fluvial del Tajo ha sido alterada por el hombre"



El río Tajo sufre uno de los peores momentos de su historia, no solo por la falta de agua de su cabecera, sino también por su excesiva contaminación. A partir de Aranjuez, una vez se le une el río Jarama, el Tajo deja de ser la corriente de agua más larga de la península para convertirse en la cloaca de Madrid. La contaminación no es un problema reciente, siempre ha estado ahí, pero se intensificó con la expansión de la capital.


Para explicar de dónde viene el estado actual del Tajo, es necesario conocer qué clase de río es, cómo influye en el clima, y sobre todo como se ha visto alterado por la acción del hombre.


El pasado miércoles 29 de noviembre, se llevó a cabo en la Real Fundación de Toledo una conferencia por parte de David Uribelarrea, profesor de la facultad de geología de la Universidad Complutense de Madrid. En su charla "Intervención humana en la geomorfología y dinámica natural de los ríos Tajo y Jarama". El profesor madrileño expuso las razones que han hecho cambiar el cauce del Tajo y como la acción humana ha sido la causante de que sufra la situación actual.


El Tajo es un río Meandriforme, es decir, se caracteriza por la creación de meandros. Esto se debe a dos factores, la carga sólida del río (nivel de sedimentos que arrastra) y su nivel de gravedad (fuerza de caída de sus aguas). Como ha explicado David, “el tipo de río se caracteriza por el cauce líquido y sólido, según la gravedad será un tipo de río u otro”.


Según el tipo río así será su dinámica fluvial. Estos ríos crean meandros con las inundaciones, su curso se ralentiza y libera sedimentos que crean estas curvas y cambian su cauce. “gracias a las inundaciones los ríos cambian y crecen, en época de sequía retoman su cauce hasta la siguiente inundación que vuelve a agrandar el meandro y así sucesivamente”.

Una vez que sus curvas son suficientemente grandes llegan a un punto en el que acaba cerrándose. De esta forma pierde el meandro y crea un cauce en otro lugar cercano. Todo ello dentro de la llanura de fluvial o de inundación. “La llanura de inundación es el espacio del que dispone el río para crecer y moverse”.


La dinámica natural de los ríos permite conservar su nivel freático y con ello su vegetación y fauna. El problema surge cuando la acción humana cambia esta dinámica. “La dinámica fluvial del Tajo, igual que otros ríos se ve alterada por la acción humana, por medio de la construcción de presas, trasvases, la agricultura…”. Muestra de ello es que el cauce del Tajo apenas ha cambiado desde 1877, momento en el que comenzó la expansión de Madrid y la creación masiva de pantanos.


Las presas evitan las inundaciones y reducen el caudal sólido, de este modo el río de vuelve más agresivo y erosiona más su cauce, al mismo tiempo la presa fomenta el crecimiento de la agricultura en la rivera. “Al no haber inundaciones la agricultura se acerca más al cauce entrando en la llanura fluvial, un lugar que anteriormente no se utilizaba por los desbordamientos”.

La mayoría de las aguas contaminadas del Tajo provienen del Jarama, este río cruza Madrid de norte a sur y desemboca en el Tajo cargado de contaminantes de la capital.


Al sufrir el Jarama una gran creación de presas, quedó su cauce reducido. Al no haber inundaciones los sedimentos del rio quedaron al descubierto, y fueron utilizados para conseguir arena con las que construir nuevas infraestructura en Madrid. Según explica Uribelarrea, entre los 80 y 90 las plantas de extracción de arena se ubicaron junto al Jarama, donde conseguían la materia prima y un lugar perfecto para su lavado. De esta forma quitando la arena de sus aguas y vertiendo en ella las arcilla y limos, se consiguió que el fondo del río cambiara y con ello la pérdida de alguna especies como los salmónidos. Estos lodos acabaron también en el Tajo, ocasionando las mismas pérdidas que en su afluente.


El lavado de arenas también influyó en la vegetación, “al colocar los sedimentos sobrante junto al lecho del rio se creó un cauce uniforme, se atrapó al rio impidiendo las inundaciones y favoreciendo la erosión del terreno”. Esto tuvo una causa directa en el nivel de las agua, que debido a la erosión bajaron y con ellas el nivel freático del río. “Como bajó el nivel freático la vegetación de ribera se quedó sin llegar al agua y desapareció”.


Todo esto cambió la dinámica natural del Tajo y de Jarama, y con ello sus aguas, su vegetación, paisaje y fauna. De todos modos estas acciones ocasionan inundaciones en otros lugares, “el carácter de este tipo de ríos son las inundaciones y eso no se puede evitar, debido a que se ha cambiado su cauce el rio de desbordará en otros lugares ocasionando más daños”.

Para colmo al cambiar la dinámica natural del río, se cambia es lugar de inundación, y en muchas ocasiones se desborda cerca de las poblaciones que están a su nivel, pues el urbanismo se ha acercado mucho al cauce, de este modo el rio nos devuelve lo que le hemos quitado.


Vídeo Conferencia completa:

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