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Cómo nació la “Guerra del Agua”

En 2017 se cumplen 50 años del mayor proyecto de ingeniería hidráulica de España. El río Tajo lleva medio siglo regando las huertas del sudeste y levante español. Este proyecto ha levantado multitud de polémicas entre regiones, más conocido como “la guerra del agua”, una contienda que se alarga hasta nuestros días.


El 15 de febrero de 1967 se aprobó la construcción del Trasvase Tajo-Segura, un proyecto promovido por Indalecio Prieto, ministro de Obras Públicas, y el ingeniero Manuel Lorenzo, el objetivo de esta obras consistía en salvar de una vez por todas las grande diferencias de agua que existen entre la “España húmeda” y la “España Seca”. (Medio siglo ya del trasvase Tajo-Segura).


La solución fue la construcción de un canal de 286 kilómetros de recorrido y una capacidad de 33 metros cúbicos por segundo, que conecta los embalses del Alto Tajo de Entrepeñas (Guadalajara) y Buendía (Cuenca), con el embalse del Talave (Albacete) en el río Mundo, afluente del Segura. No será hasta 1979 cuando las aguas del Tajo comenzaran a bañar el Levante español. Con una cuota anual de 2.300 Hm3.


Este hecho hizo que los embalses de Entrepeñas y Buendía perdieran la mitad del agua almacenada, desde que comenzó el trasvase. Así se muestra en este gráfico:

Europapress


A partir de este instante comenzó la ya famosa “guerra del Agua” entre las regiones y gobiernos, los castellano-manchego abogan que el trasvase les deja sin agua, mientras que los beneficiarios se apoyan en que esta agua es indispensable para mantener la agricultura en sus regiones, Murcia, Alicante y Almería.


El Sindicato de Central de Regantes del Acueducto Tajo Segura (S.C.R.A.T.S) argumenta que está es una infraestructura indispensable para solucionar la sequía del Levante Español. Aportan cifras de unos 2,5 millones de personas beneficiarias y que genera unos 250.000 puesto a de trabajo. Su baza principal para defender el trasvase es que la región del Segura lidera la producción nacional hortofrutícola y que el 70% de esta producción está destinada a la exportación, algo que tiene un fuerte impacto en el PIB nacional.


Según datos de La Sexta noticias tres cuartas partes el agua proveniente del Tajo se utiliza para el regadío, mientras que solo ¼ se destina al consumo humano. Según la Encuesta sobre Superficies y Rendimiento de Cultivos (ESYRCE) del Ministerio de Agricultura. A datos de 2015, la región de Murcia posee el porcentaje más alto de tierras de regadío de España con un 15,74% del totla, seguido de la Comunidad Valenciana (12,25%) y Andalucía (11,50%), Castilla-La Mancha a pesar de su extensión solo cuenta con el 6,38% del total.

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Aunque estos datos demuestran que las regiones del sudeste gastan más agua, no quiere decir que la desaprovechen. El clima de la zona de Levante es idóneo para el cultivo de frutas y hortalizas, las altas temperatura y los suaves cambios benefician la proliferación de este tipo de cultivo. No es una sorpresa la gran cantidad de invernaderos de la región de Murcia o Almería. De la misma forma que el clima favorece este tipo de cultivo, también la perjudica, pues “la España Seca” no cuenta con agua suficiente para abastecer tal cantidad de producción.


Existe una gran diferencia entre la capacidad de almacenamiento de aguas de la vertiente Atlántica y la Mediterránea. Según datos de Europapress, mientras que la primera cuenta con cinco de los grandes ríos españoles (Guadiana, Tajo, Guadalquivir, Duero y Miño) y tiene un caudal de 25.000 Hm3, la vertiente Mediterránea apenas llega a los 8.000 Hm3, la gran mayoría aportados por el Ebro y el Júcar.


Los castellano-manchegos nunca han llevado bien tener que compartir su agua con el sudeste, desde el comienzo de las obras, el gobierno de la región ha luchado por defender el agua y la falta que les hace. Aun siendo los perjudicados han acatado las ordenanzas del gobierno español para proseguir con el trasvase. En el periodo de 2004-2011, la tensión se rebajó, pues los embalses del Tajo siempre habían estado por encima de los del Segura. Pero en 2011 esta tendencia cambió y la cuenca del Segura empezó a conseguir más caudal en detraimiento del Tajo.


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Este cambio de tendencia explica las constantes fotografías de embalses secos en la cuenca del Tajo, esto agravó el problema debido a la oposición al Trasvase de las comunidades donantes.


Dos años después en 2013 el gobierno del Partido Popular instauró una nueva regulación para el trasvase (Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de evaluación ambiental), en la que se presentaban nuevas cuotas y se anteponía la situación de la cuenca del Tajo frente al Segura. Esta cuotas son proporcionales al nivel de los embalses de Buendía y Entrepeñas, y aunque mes a mes hay un trasvase constante, se prioriza la situación del Tajo, lo que no quita que pueda haber un trasvase especial de gravedad.


La “Guerra del Agua” se calmó durante un par de años, pero tras este verano tan caluroso y sin apenas precipitaciones, el conflicto se ha vuelto a abrir, lo que nos lleva de nuevo a la mesa de negociación.


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